Uṣṭrāsana es una postura compleja y maravillosa. Te eleva el pecho y te expande la caja torácica. Toda la columna se extiende formando una curva hasta la cabeza.
Para practicar esta postura es necesario tener las piernas fuertes y saber estabilizar la pelvis. Las tibias y la parte anterior del pie son la base de Uṣṭrāsana. Debemos presionar la base contra el suelo para tener fuerza y mantener erguida la columna.
Es necesario, también, conocer la alineación de esta postura. La pelvis debe permanecer sobre las rodillas y los muslos deben quedar perpendiculares al suelo. Se estabiliza la pelvis desde los mulos posteriores, manteniendo los isquiones mirando hacia el suelo y la musculatura de los glúteos extendida, dejando espacio en el eje transversal y vertical a la articulación sacro-ilíaca.
La pelvis alineada combinada con la acción del recto del abdomen estabiliza la columna lumbar que debe quedar espaciosa y alta. Luego debemos llevar movilidad a la columna dorsal. La columna dorsal debe entrar en el cuerpo y elevarse hacia el esternón.
Se complementa la acción activa de la columna dorsal con los movimientos de omóplatos, hombros y brazos. La estabilidad y fuerza del cinturón escapular elevarán mucho más el esternón y llevará más espacio y altura a la caja torácica.
La base del cuello, la última vértebra cervical, debe entrar para estabilizar el cuello y que la columna cervical pueda extenderse manteniendo su curva sin tensar la garganta y sin cerrar la cabeza sobre la espalda.
Esta postura ayuda a expandir los lóbulos pulmonares y a oxigenar la parte alta de los pulmones. Activa el sistema digestivo y los riñones. Incrementa la circulación en la zona pélvica beneficiando a los órganos reproductores. Fortalece la musculatura de la espalda y aumenta el flujo sanguíneo en la columna nutriendo los nervios y la médula espinal. Induce a estados positivos de la mente y aporta resistencia al organismo.
¡No olvides incluir Uṣṭrāsana en tu práctica!
Nota: Este artículo está orientado a personas físicamente sanas, es decir, que no presenten una patología diagnosticada de columna. También de rodilla o musculatura interna de la pelvis que les impida extender la columna sin lesionarse. No está adaptada, así que no está indicada para embarazadas o personas que sufran hipertensión arterial.