Hablemos de Ūrdhva Dhanurāsana.
Cuando uno logra hacer Ūrdhva Dhanurāsana siente una mezcla de alegría, entusiasmo y diversión. Es una postura radiante que genera una sensación de seguridad y positivismo.
Para hacer Ūrdhva Dhanurāsana debemos fortalecer los brazos y los hombros, de manera que estos puedan elevar el tronco. La columna se extiende en su cara anterior y el pecho se expande. Los órganos internos se ven favorecidos por el espacio que se crea en el vientre y en la caja torácica. Se tonifican los músculos de la espalda y se extienden los de la parte anterior del cuerpo. Todo el organismo se flexibiliza y se fortalece a la vez. Es una postura fantástica.
Si no tenemos la fuerza suficiente para elevarnos, o nos duele la espalda baja, el cuello o los hombros, podemos practicar algunas variaciones de esta postura. Permaneciendo el tiempo suficiente en el asana llegaremos a percibir muchos de sus beneficios.
Veamos una de esas variaciones:
Ūrdhva Dhanurāsana con piernas en flexión, con silla, cinto y bolster.
- Comenzamos tumbados sobre el bolster.
- Nos colocamos un cinto en la parte media-alta de los muslos, para evitar que las rodillas se abran y se cierre la articulación sacra-ilíaca.
- Luego colocamos la cabeza y los hombros.
- Por último se extienden los brazos. Las manos pueden venir a la pared para simular el empuje de las manos contra el suelo de la postura original.
Ūrdhva Dhanurāsana con piernas estiradas, con silla, cinto y bolster.
- Se realizan las mismas acciones anteriores, pero al final se extienden las piernas.
- La extensión de las piernas debe realizarse por la parte posterior, llevando los huesos de la pelvis posterior a los talones.
- Las piernas rotan hacia el interior y se empujan con fuerza los muslos frontales hacia los fémures.
- Si hay dolor de espalda baja o simplemente los pies no llegan al suelo debemos colocar un soporte para elevarlos.
Podemos practicar la variación de esta ásana durante el período menstrual.